Esta es una de las dudas más comunes entre los padres al momento de comenzar el camino del aprendizaje musical, este tiempo de apropiación depende directamente de la habilidad de cada niño o niña para poner en práctica un nuevo conocimiento y ser capaz de relacionar información nueva con información ya adquirida previamente, es así como funciona el proceso de aprendizaje.

Para Howard Gardner, psicólogo graduado en la universidad de Harvard quien presento en 1983 su teoría de las inteligencias múltiples, cada individuo tiene factores determinantes para el desarrollo de su inteligencia, esto se da por una interrelación de factores biológicos, personales y socioculturales; de esta manera todo lo que rodea al niño desde el nacimiento influirá en la forma en que interiorice las ideas que se le presentaran en su vida.

Indiscutiblemente hay un requerimiento mínimo dentro del desarrollo de la motricidad que influye bastante al momento de interpretar un instrumento musical, tanto la motricidad gruesa como la fina cobran importancia al momento de aprender cuestiones técnicas en el instrumento, al afrontar una posición no natural que debe volverse natural para el niño; por lo tanto en casa todo el seguimiento y practica que los padres hagan frente a los ejercicios propuestos desde el jardín son cruciales y determinan una agilidad que será útil al afrontar el aprendizaje musical, en algunos casos es necesario fortalecer este aspecto con clases de artes como primera medida antes de presentar el instrumento al niño, este diagnóstico debe hacerse con ayuda del docente en trabajo conjunto con los padres, a esto hay que agregarle el deseo de aprender que es probablemente uno de los factores más importantes para tener en cuenta al momento en que como padres decidimos comenzar con la formación musical de los niños, no basta el deseo de los padres por apoyar el proceso que, si bien es indispensable tal y como lo menciona Shinichi Suzuki en su metodología presentada y aplicada hace más de 50 años y que recopila las implicaciones de que los niños aprendan a hablar su lengua materna con facilidad, y las aplica funcionalmente dentro del lenguaje musical.

Suzuki nos propone unos pasos a seguir para tener un óptimo aprendizaje y un proceso didáctico, lúdico y colaborativo donde nos muestra a los padres como “profesores en el hogar” haciendo un seguimiento tanto de los conocimientos vistos en clase como del proceso de aprendizaje y así identificando los temas a reforzar. Propone también “La escucha” así es como el niño puede familiarizarse con las canciones que terminara interpretando, de esta manera usurará un lenguaje conocido de una manera muy similar al aprendizaje de la lengua materna por escucha y repetición, “Aprender con otros niños” para Suzuki es primordial, retroalimentarse y estar en contacto con otros procesos de aprendizaje será enriquecedor en tanto se construya un conocimiento conjunto partiendo del otro e interiorizando cada concepto visto, esto enriquece la escucha y la autocrítica, ese sentido crítico que es tan importante hoy en día en nuestra sociedad.

El “manejo de un repertorio gradual” que permita el afianzamiento de ciertos conocimientos básicos, que permitan una mejor construcción del aprendizaje, un punto no menos importante que causa bastantes inquietudes en los padres y es la lectura de la partitura, si bien es indispensable aprender a leer y escribir el lenguaje musical “lecto-escritura” este debe comenzar con una base de “vocabulario” musical, primero debe familiarizarse al niño con conceptos teóricos y prácticos en su instrumento para luego abordar esta, siempre aplicando la analogía con la lengua materna.

Es así como podemos lograr un aprendizaje que involucre todos los factores para optimizar el resultado, que no debe presionarse, a cambio de esto se debe trabajar en todos los ítems a potenciar al momento de exigir resultados que siempre serán producto de un trabajo en conjunto entre padres, instituciones, alumnos y métodos. No podemos cuantificar el tiempo en que un estudiante se demorará en construir su conocimiento musical porque cada niño es un universo diferente de posibilidades, sin embargo nuestra función es permanecer juntos trabajando en un proceso del cual cosecharemos frutos bellos que nos llenaran de orgullo a todos. ¡ANIMO!